martes, 28 de febrero de 2012

PLATERO MAIS EU EN CARNAVAIS

O mércores pola tarde había un montón de xente disfrazada e Platero estaba asustado polo ruído.
-Non te asustes Platero de esta xente que celebran os carnavais felizmente.
Camiñabamos polo parque que estaba cheo de fariña e ovos. Tres nenos subiron a torre de cordas correndo para lanza ovos e fariña a o pobre Platero asustado. El correu ata o estanque de peixes, os arbores protexían a Platero dos ovos e a fariña.
-Platero non te enfades co eses nenos solo queren divertirse porque estamos en carnavais.
El tranquilizouse coas miñas palabras andamos ata a praia e contemplamos o avermellado mar pola a posta de sol e fomos para a nosa casa e contemplamos as carrozas.

viernes, 24 de febrero de 2012

joaquin sorolla

Cuando apenas contaba con 2 años de edad, fallecieron sus padres de una epidemia. Al quedar huérfanos, su hermana Eugenia y él, su tía Isabel, hermana de su madre, y su marido, de profesión cerrajero, los acogieron. Pasados los años intentaron enseñarle, en vano, el oficio de la cerrajería, advirtiendo pronto que su verdadera vocación era la pintura.
Defensa del Parque de Artillería de Monteleón, obra que le valdría una medalla de la Exposición Nacional, y donde Sorolla muestra los últimos momentos de Pedro Velarde.
Al acabar su formación, comenzó a enviar sus obras a concursos provinciales y exposiciones nacionales de bellas artes, como la de Madrid en mayo de 1881, donde presentó tres marinas valencianas que pasaron sin pena ni gloria pues no encajaban con la pintura oficial, de temática histórica y dramática. Al año siguiente, estudió la obra de Velázquez y otros autores en el Museo del Prado, etapa Realista, de la que era su profesor Gonzalo Salva. Por fin, en 1883, consiguió una medalla en la Exposición Regional de Valencia y, en 1884, alcanzó la gloria al conseguir la Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional gracias a su obra Defensa del Parque de Artillería de Monteleón, obra melodramática y oscura hecha expresamente para la exposición; tal y como le dijo a un colega suyo: “Aquí, para darse a conocer y ganar medallas, hay que hacer muertos.”
Cosechó otro gran éxito en Valencia con su obra El crit del palleter sobre la Guerra de la Independencia. De esta manera, fue pensionado por la Diputación Provincial de Valencia para viajar a Roma donde, a la vez que trabajaba, conoció el arte clásico y renacentista, así como los grandes museos, contactando, además, con otros artistas.